un sitio de reunión para todos aquellos que escriban o que pretendan hacerlo. sobre todo aquellos que escribimos en las sombras e, incluso, en una zona de cierta penumbra.
viernes, 25 de diciembre de 2009
sábado, 24 de octubre de 2009
Para los que narran
Publicado por David Colina en 7:48:00 p. m. 6 comentarios
lunes, 19 de octubre de 2009
Qué Androides ni Ovejas Eléctricas.
La suma de los días que han pasado hasta hoy desde… desde cualquier tiempo, da un número, irrelevante en sí mismo. Pongamos que hace mucho yo era joven y tenía una amiga que quería tanto como para desear que fuese mi novia. Ella no lo quiso y no hubo tragedia en eso, son las cosas de la vida y no lo digo por adoptar la posición del sabio de la resignación o sabio de cualquier otra especie. Pasa el tiempo y las cosas del querer van dejando de ser unas para llegar a ser otras. Es decir, no se piense en desgracia al pensar en el amor no correspondido, eso sólo es así en dos supuestos (se me ocurre): cuando se ven las cosas a muy corto plazo o cuando se posee una disciplina y persistencia con nivel de virtud teologal.
Pero ocurre que la gente se va del país y quién sabe cuántas cosas vive por ahí y una noche, una noche de propios problemas y de soledad, de café y cosas oídas a otros, la gente lo llama a uno. Es lindo recibir llamadas de muy lejos, siempre causa asombro, como el de antaño o el de siempre al contemplar el fuego o el mar. Pero pasado el primer asombro queda la realidad, queda el peso del dolor ajeno que es propio aún así, tan lejos, queda el no poder hacer nada por la gente que uno bien quiere. Las máquinas que hemos inventado (¿Cuándo inventates vos, Chaco, un avión, le decía mi abuela a mi abuelo) son neutras y somos nosotros los que las llenamos de sentido, de amor, de tristeza. Un día nos habremos ido de por estos lados y lo que quede, unas palabras escritas, por ejemplo, no podrán mostrar todo lo visto, todo lo vivido, todo lo que se quiso. El final de Blade Runner no es tan SciFi como se piensa. Amigo, comenta algo.
Publicado por David Colina en 11:31:00 p. m. 1 comentarios
domingo, 27 de septiembre de 2009
DOMINGO, NO LLUEVAS
Publicado por David Colina en 12:31:00 p. m. 0 comentarios
martes, 15 de septiembre de 2009
Esa gente, puaj
Publicado por David Colina en 5:13:00 a. m. 1 comentarios
sábado, 29 de agosto de 2009
Porno (resubido)
Porno (una forma de colocar un título a un post es decir de qué no trata)
Publicado por David Colina en 10:46:00 p. m. 2 comentarios
La locura del rey Jorge
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miércoles, 26 de agosto de 2009
estaba de vacaciones, pero ya he regresado
Publicado por David Colina en 7:20:00 a. m. 24 comentarios
viernes, 31 de julio de 2009
Un poco (demasiado) sobre el relato breve RESUBIDO
EL FETO GENIO
Eduardo Olivares
El feto genio despertó temprano. Ya pronto serían los nueve meses cumplidos desde aquel infausto día en que una simple célula había derivado en la masa de miembros pequeños y demandantes y de sensaciones confusas en que se había convertido. Meditó sus opciones mientras nadaba en las pegajosas aguas de su hábitat. Escuchó a sus padres hablar de hospitales y de sexo y de cuentas por pagar. Escuchó a su madre cantarle y también la escuchó jadear atrapada entre las viscosidades intensas de la masturbación. Escuchó los noticieros televisivos y, a través de las desenfrenadas voces de los conductores, percibió el dolor vivo e infinito de un planeta al borde del suicidio.
Entonces, en un impulso de inextricable sabiduría prenatal, decidió no nacer.
-Ni que estuviera pendejo -, razonó, mientras sus ojillos llenos de orina alimenticia y de mucosa asfixiante, se cerraban plácidamente para siempre.
Publicado por David Colina en 10:26:00 a. m. 3 comentarios
UNA OBSERVACIÓN
Publicado por David Colina en 9:44:00 a. m. 0 comentarios
jueves, 30 de julio de 2009
DE NUEVO HAY QUE HABLAR DE CIERTAS COSAS
Publicado por David Colina en 4:20:00 p. m. 1 comentarios
lunes, 20 de julio de 2009
FALKE
¿Qué es Falke, para los no iniciados en la historia de Venezuela?
Es imposible olvidar a un Linares Alcántara, formado en West Point y sordo a causa de los cañonazos que debía soportar por su honor de jefe de artilleros, que detiene el ataque a las tropas del déspota para tomar café, soplándolo porque estaba caliente. O a un Doroteo Flores, antiguo combatiente y personaje memorable, quien en las horas de ocio a bordo del Falke refiere las portentosas hazañas de Ducharne y Sixto Gil, en una lucha guerrillera sin esperanzas, pero plena de honor. Hazañas que luego desmiente alegremente, en tierra y huyendo, sorprendido de que Vegas le haya creído todo ese sartal de historias que sólo contaba para entretener a los compañeros.
Es Falke una novela histórica, una Bildungsroman, un relato de aventuras, una reflexión sobre nuestra visión compartida como pueblo o la ausencia de la misma, una estampa de la vida venezolana en el exilio parisino e incluso, una serie de relatos pintorescos que tienden a refrescar la narración.
Son sólo ejemplos que en algún modo pueden dar una idea lejana de la rica experiencia que en sí misma comporta la lectura de Falke, libro, que a pesar de haber sido un éxito editorial, desde los modestos criterios patrios y latinoamericanos, considero injustamente ignorado, dentro de la ficción histórica reciente, que ha dado obras memorables como El Pasajero de Truman y La Tarea del Testigo. Otro motivo para lamentar las políticas estatales que limitan la entrega de divisas extranjeras para la importación de libros y de materiales para su edición en estas tierras.
Publicado por David Colina en 9:00:00 p. m. 2 comentarios
jueves, 16 de julio de 2009
Costumbres
Reformadores de costumbres, moralistas, piedras en el zapato, agitadores sociales. Toman los más dispares disfraces y trajes para hacer aquello para lo que han nacido, según la conclusión a la que llegan antes o después. No diré que no les critico, porque mis lectores, que yo sepa, sólo tienen el defecto de ser pocos, pero no son tontos. Por algún lado vengo y es una simpleza, un ejemplo:
Uno va por la calle, ve de lejos a un conocido, digamos que alguien agradable, para no desviarnos del punto por un lado emocional. El tipo es buena gente, no digamos tampoco que demasiado, para actuar con mesura. El tipo llega o nosotros llegamos hasta él y el tipo habla: "Qué tal, cómo va todo, qué tal el trabajo", no hay interés en la voz, es apenas una fórmula. Uno entonces piensa "qué ocio, qué vicio imbécil". Verdad no falta, pero creo que el asunto da para más.
Es cierto, preguntas sobre el clima, la salud, el trabajo, la familia o la vaina en general son desperdicios de aliento y palabra. Son estereotipos de conductar, convengo en eso. Ahora, la intolerancia frente a ellos, la palabra que no sale de los labios pero que insulta al otro, como que no es muy original. Es decir, quien maltrata o quien desprecia también repite, también algo recibe en el reparto universal de la estulticia, aunque goce de mejor fama.
No insisto, no abundo, para que se note demasiado lo cosido, el afán de reformar costumbres, la tontería.
Publicado por David Colina en 1:56:00 p. m. 4 comentarios
jueves, 9 de julio de 2009
Sobre la lectura (tomado del blog 100volando)
Cuando uno lee, cuando vive el encuentro con un libro, es decir, cuando te interesa lo que leés y leés largos ratos por día, pasa algo raro: uno se empapa, se embebe, se sugestiona, se carga con el mundo del libro al punto que toda la vida propia se transfigura un poco con esa lectura. Creo que no nos damos cuenta de la profundidad de este proceso. Sí, sabemos que un libro nos mete en su historia o en su tema y nos damos cuenta de que reflexionamos sobre él o que hacemos espontáneas asociaciones teniéndolo en cuenta todo el tiempo. Pero no captamos el efecto inconsciente, por el que esa lectura se apropia de nuestra vida interior y la posee, como en una especie de vampirismo. El libro vive una vida secreta e íntima en nosotros, de la que sólo podemos captar y pensar una mínima parte.
Por ejemplo, al leer un libro los valores o la visión de la vida de ese libro se instalan en nosotros. No para siempre, durante un tiempo. El poder sugestivo de la lectura funciona así, de costado diríamos, pero de manera total. Tan es así que ciertas lecturas hacen que nuestras vidas vayan para un lado o para otro.
Ejemplo: quienes han leído a Castaneda y las aventuras de Don Juan se van transformando en chamanes modernos; quienes leen libros de pensamiento izquierdista empiezan a creer que están en un mundo alienado y que son oprimidos por el sistema –y ven por todas partes aflorar la supuesta trama de opresión-; quienes leen una novela de García Márquez empiezan a sentir que su vida entera es interesante y llena de historias particulares; quienes leen libros de auto ayuda ven por todas partes oportunidades para crecer y aprender, etc.
Para este efecto suele ser importante el tamaño del libro, que equivale a la dosis de la sugestión. Si la droga está bien lograda 500 páginas pegan más que 250. El fenómeno Harry Potter, por ejemplo: dosis importantes de magia y fantasía para chicos.
Claro que el libro no manda, que debe haber una predisposición o tendencia en la sensibilidad propia que hace que uno elija un libro y no otro, pero el libro agrega mucho, coloniza el interior de la persona como si fueran españoles llegando a América.
Casi podríamos decir que los libros son espíritus dormidos, a los que dejamos entrar en nosotros y terminan haciéndose dueños de todo por un rato. Esas sucesivas aventuras (porque este proceso de entregarse y rehacerse es una aventura, el que lee parece estar quieto pero puede estar viviendo acontecimientos internos intensísimos) van formando la personalidad. En las identificaciones repetidas vamos haciendo aparecer el que somos, perfilándolo, creándolo. La obra es también la creación de la persona propia, y estos espíritus que dejamos entrar y a los que damos vida hacen su proceso y se van, dejando el rastro del encuentro en ciertas disposiciones personales que quedan como gustos, tendencias, posibilidades, opiniones propias.
Publicado por David Colina en 7:31:00 p. m. 2 comentarios
Poder Ciudadano
En fin, Yoani mostraba el diploma del año pasado, donde la figura del líder protagonizaba hasta niveles que retan lo racional y humano:
Y la contrastaba con el diploma del presente curso que ya finaliza:
Donde el busto de Martí, poeta, maestro, mártir, hombre bueno, se acerca más al modelo que la bloguera quiere para su hijo. Y, añado yo, las imágenes son claras, la humildad de la segunda contrasta con lo invasivo de la primera, es decir, quienes la pusieron, de modo inconsciente reflejaron la importancia mínima del ser humano frente al líder-protagonista de gesta heroica-razón de ser y fin en sí mismo así como el carácter sencillo y bueno de la obra y la vida del Apóstol.
Pero allí no está el meollo del asunto, que los gobernantes que hablan mucho y los muchos que los alaban mucho, por razón de esta abundancia, tienden al error y a revelar cosas no deseadas por ellos, es algo normal y hasta necesario. Pero Yoani deja la inquietud ¿Tendrá este cambio que ver con su crítica al anterior certificado? Importante sería su influencia, por mínima que fuere, para demostrar el poder ciudadano que emana del acto de tener una bitácora personal, de decir en ella vainas, de echarle una vaina a los que tienen poder y, lo que más importa, de ser leído, comprendido, compartido, criticado, rebatido, por otras personas tan poco importantes para el sistema como el alumno que cursó el séptimo grado en la José Miguel Pérez de La Habana el año pasado, es decir, como el que esto firma y como el que esto lee y ojalá comente.
Bloguear no es poco ¿Oyó, señora América Martínez, usted que nos niega las bondades y bellezas de su blog anterior y posterior no más por desánimo?
Publicado por David Colina en 7:15:00 a. m. 3 comentarios
martes, 7 de julio de 2009
De la muerte de Benazir en adelante.
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Nostalgia
Publicado por David Colina en 9:19:00 a. m. 3 comentarios
domingo, 5 de julio de 2009
Ardua Tarea
Hay gente que no ve la empresa tan dura, que se atreve y eso es bueno, lo aplaudo y reconozco. Sin embargo (que hace las veces de pero), no puedo dejar de notar una especie de fórmula fácil que permite que cualquiera acceda a nuestro olimpo poético local, regional y, sobre todo, estatal. No se tomen mis palabras en serio ni literalmente, sólo hago una consideración que será fácilmente desmentida por cualquier cursante, incluso reprobado, de maestría en literatura, hasta dejarme en el ridículo más sonrojante. Esto es: baste unir sustantivos con adjetivos equívocos, con profusión, acudir a metáforas usadas o, si acaso, crear una sola que valga la pena y ponerle con ella el nombre al libro. Ser oscuro hasta para sí mismo, jamás dejar entrever una leve nota de optimismo o de fe en lo vital que no sea política, roja y permitida.
Ayuda crear textos intercambiables, vale decir, de esos que no se resisten a los errores de impresión que juntan el final de un poema con el inicio del otro. La poesía es una sola, caracha, y para eso se tiene una voz. También es útil que quien haga la presentación del poemario vea en él una marcada tendencia ética o metafísica o una vaina como un discurso entronizador, una vocación de ocasos o, si no se puede mejor virtud, la laboriosa instancia que permea soledades. En cualquier caso debe exigirse al presentador (que a veces es exigirse a uno mismo) que no pretenda lucirse y que no acuda, y en esto sigo a Roberto Echeto, a los nombres tantas veces citados de los teóricos de siempre: "medirlo todo con el canon de Bloom, con el de Barthes, con el de Todorov, con el de Steiner, Foulcault, Habermas o con el de cualquiera de esos grandes chivos que legitiman a todo el que los nombra".
De este modo, sugiero que se legisle en materia de poesía y se cobren impuestos, como en un buen poema de Maiakovski, que se peche la sobreadjetivación, con recarga porcentual importante si el adjetivo es epíteto y con tributo confiscatorio si sólo pretende sorprender por ambiguo. Que se prohiban las citas más largas que los poemas sería otra medida interesante. El tema da para mucho, espero colaboren los hipotéticos lectores.
P.D. A modo de ejemplo:
Avanza entonces, cardumen de sufrires,
antónimo del alba, carácter sombrío de mis temores,
ariete indemne de los desfiladeros,
cambur innecesario, frasco sin frasco,
adlátere del consumismo.
Deja la huella, deja la huella,
que la huella no es para seguirte
sino para pisar el futuro
(el presente, perro negro que no se deja bañar),
el futuro grande de la patria grande,
que no se tiene, que no se sueña,
que sólo se construye
en andamios (importante esto de los andamios) preñados de esperanzas.
Publicado por David Colina en 9:10:00 a. m. 27 comentarios
jueves, 2 de julio de 2009
ROL
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Etiquetas: El que entienda levante la mano y se va
martes, 30 de junio de 2009
Esto era y luego terminó
Las veces que vino no fueron demasiadas, pero ella las recordaba con alegría (y con tristeza y con rabia, ella era compleja, es decir, era gente). Ella salía de la casa y lo esperaba. Alguna vez la espera fue vana, pero ella prefería olvidar, sin que por eso obviara el sufrimiento. Si uno sufre, es porque está vivo, pensaba y sentía culpa por ser tan poco original. El se había dado cuenta de que ella lo amaba antes que ella misma atinara a hacerlo. Creo que la manipulaba, muy torpemente, no era ducho en esas cosas, como no lo era en casi ninguna que tuviera implicaciones prácticas en una vida normal. Él anhelaba una vida normal, es decir, no tener una vida normal, sino disfrutarla. Hacerlo como las personas que cantaban una canción de moda, las que iban a bailar el viernes y dormían el sábado hasta tarde y las que al morir decían díganle que tuve una hermosa vida. Él no bailaba y ella se deleitaba en un merengue o una salsa. Un corro casi siempre surgía junto a ella: sabía transmitir entusiasmo, aunque se hacía algo sospechoso que siempre usaba sus habilidades en las fiestas y a horas más bien tardías.
Publicado por David Colina en 10:27:00 a. m. 2 comentarios
sábado, 27 de junio de 2009
No exageremos
Onetti, maravilloso escritor, partamos de allí, en ciertos párrafos cercanos al final de su novela breve El Pozo, expresa lo siguiente:
Conocí mucha gente, obreros, gente de los frigoríficos, aporreada por la vida, perseguida por la desgracia de manera implacable, elevándose sobre la propia miseria de sus vidas para pensar y actuar en relación a todos los pobres del mundo. Habría algunos movidos por la ambición, el rencor o la envidia. Pongamos que muchos, que la mayoría. Pero en la gente del pueblo, la que es pueblo de manera legítima, los pobres, hijos de pobres, nietos de pobres, tienen algo esencial incontaminado, algo hecho de pureza, infantil, candoroso, recio, leal, con lo que siempre es posible contar en las circunstancias graves de la vida.
Bien quedan estas palabras como homenaje a esa gente que nunca cuenta, a la gente comparsa, a la gente masa-mítin-cerveza, a la gente que es sencilla y que esgrime su sencillez por toda propiedad, a la gente que es como uno (ojo, no aludo a todos en este uno, a pesar de aquello de la Unidad y sus consecuencias) por mucha rabia que nos dé. Está bueno y es justo. Lo que en modo alguno debería ser admisible es la posibilidad de un loar en exceso, de un mitificar una figura abstracta que devenga, a la manera del concepto del buen salvaje, en un modelo de hombre bueno y justo, el hombre de pueblo, el popular, el buen pobre, el hombre comunitario. Consecuencias camboyanas no estarían en un horizonte lejano.
Me he criado en un barrio, en una comunidad de bajos recursos, es decir, sé lo que es ser pobre, sin exagerar, sin entrar en ejemplos dignos de Dickens o Victor Hugo, nada de eso. He sido pobre sin ser ostentoso por ello. Conozco a la gente sencilla y aporreada, de cerca, alguna novia tuve allí y sí, hay gente muy buena, y hay algo candoroso en todo el asunto. Pero no llevemos al extremo las cosas. Las dos veces que he sido víctima del hampa, fue a manos de gente llena de candor, infantil, pues. Los asesinatos que he contemplado (ejecutados ya, no en ejecución), ocurrieron a manos de gente sencilla y contra gente sencilla. El paraíso tampoco está en el barrio, en la favela, en la villa. Pero debemos procurar que allí tampoco se instale el infierno, que eso quede claro, porque allí tengo amigos y familia y aunque no los tuviera.
Hoy en día la ingenuidad no se castiga, porque es imposible. Que esto se entienda, que se explique, que vengan y traigan algo, porque ya no va quedando nada.
P.D. Vi a un jurista en la televisión estatal explicando cómo era viable, luego de la reforma de la norma procedimental, la intervención de comunicaciones privadas por mandato de un juez. De un juez, acotaba e insistía. Un juez es gente, tal vez no sea gente ingenua, pero es gente, adinerada tal vez, lo que no comporta nada, pero debe ser acotado. Soy abogado y conozco al algún que otro magistrado y doy fe. Los jueces no son tampoco seres de luz, no, nada, son, solo son y no más. Por tanto, no sé, creo que no me convence la vehemencia con que el jurista del que ya hablé tan poco les invoca, como toda razón, como axioma, cual 3,1416 (por ser sencillos expresemos esto así), en sustitución de razonamientos verdaderos que validen sus postulados.
Publicado por David Colina en 3:28:00 p. m. 2 comentarios
miércoles, 24 de junio de 2009
Alegría
La idea es, no nos dé vergüenza estar contentos, no huyamos de las películas por su dolor, por su crueldad o por su excentricidad. Juzguemos por su calidad y si no sabemos mucho de la técnica y el lenguaje del cine (me pasa un poco así, pero no tanto, tampoco voy a exagerar para hacerme el inocente y puro), habrá que hacerlo de pura emoción, de puro oído o de pura mirada. Vaya también esa recomendación a lo demás que tenga que ver con el arte, es decir, con esa forma particular de hablar con los demás sin verlos y diciendo la verdad así se mienta. Sobre todo cuando se miente.
Contento estoy, ya se sabe, que se sepa. Nihil Obstat.
Publicado por David Colina en 9:18:00 p. m. 0 comentarios
lunes, 22 de junio de 2009
ACLARATORIA NO SOLICITADA
Publicado por David Colina en 9:28:00 p. m. 2 comentarios
sábado, 20 de junio de 2009
AMÉN
Que te acoja la muerte
con todos tus sueños intactos.
Al retorno de una furiosa adolescencia,
al comienzo de las vacaciones que nunca te dieron,
te distinguirá la muerte con su primer aviso.
Te abrirá los ojos a sus grandes aguas,
te iniciará en su constante brisa de otro mundo.
La muerte se confundirá con tus sueños
y en ellos reconocerá los signos
que antaño fuera dejando,
como un cazador que a su regreso
reconoce sus marcas en la brecha
Publicado por David Colina en 7:56:00 p. m. 2 comentarios
El pasado vuelve un rato
Publicado por David Colina en 11:35:00 a. m. 0 comentarios
martes, 16 de junio de 2009
Un intelectual, obvio, famoso
Un intelectual no es un ser de luz, ni un ángel, sólo es alguien que tiene por costumbre leer mucho y de quien se presume que también piensa mucho. Digo se presume porque prueba conclusiva no la puede haber. Y digo, en el mejor de los casos, la demostración de la cantidad de pensamiento no implica la bondad del mismo. No traigo acá elementos éticos que pudieran considerarse necesarios a la hora de definir el perfil del intelectual marco. No lo hago porque entraríamos en honduras insuperables. De tal modo, debo acudir a la noción más simple para intentar abarcar el espectro de todo lo que se entiende (y autodenomina), en el campo de la intelectualidad, de la nuestra intelectualidad y a cualquier intelectual le avergonzaría demasiado una idea tan sencillota, tan pan con mantequilla, tan pan solo y agua de chorro. Un intelectual opina mucho, tal vez demasiado, pero en su descargo debe decirse que no toma demasiado en serio cuánto dice, bien por la conciencia de su propia falibilidad, por la flexibilidad de sus opiniones, en consonancia con la mutabilidad e infinita complejidad del mundo y de sus cosas, sean éstas las que sean y la hora que sean o por mala memoria o mala fé.
Lo que maliciosamente pretendo expresar es que no veo razones válidas o al menos medianamente decentes para exigir al intelectual (o a quien haga sus veces y no pocas), una suerte de comportamiento ascético, de comportamiento mantillesco (en recuerdo de aquel libro Mantilla, en que los niños eran más bolsas que el carajo), pero que para ser tal debe corresponder de manera exacta con las expectativas, con todas la expectativas del lector que le critique.En dias recientes he asistido, con agrado, a distintas diatribas virtuales sobre el comportamiento político y opiniones emitidas en variados momentos y contextos históricos por: Jorge Luis Borges, Mario Benedetti, Silvio Rodríguez, Mario Vargas Llosa, discusiones teñidas de los colores pertinentes a la cuestión política en Venezuela. Justo es aclarar, para un lector foráneo, que estos colores, antes que corresponder a los que caracterizan a nuestros Partidos Políticos, son el de hormiga y el del excremento humano, tostado o no al sol.
Aunque he esgrimido una defensa a ultranza de Borges, de quién he dicho que era muy viejo y estaba ciego en la época en que fueron a importunarle con tales preguntas, no debemos ser demasiado exigentes con los otros, pues no debe olvidarse que son seres humanos con grandes errores, no son seres de luz, seres iluminados, porque nadie lo es, o al menos nadie que yo haya conocido y así lo digo.Publicado por David Colina en 12:37:00 p. m. 2 comentarios
Etiquetas: razones
lunes, 15 de junio de 2009
Hoy esto pienso
Los otros, a los que me referí antes, ellos tal vez tampoco sean portadores de la verdad, pero la ilusión que crean en nosotros en tan necesaria como la idea de Dios para seguir adelante, para no sucumbir ante un mundo sin sentido, sin valores, un mundo relativo, un mundo que ni siquiera debería ser objeto de reflexión. Tal vez moleste a alguien el que yo diga que la idea de Dios es necesaria. Para mí lo es y a cambio de eso no me ofende el ateismo o el agnosticismo, porque sé que también son muestras de fe, de una fe acaso más ingenua, más pura y casta que la que el hecho de creer en Dios, así sea muy vagamente, requiere. Hoy esto pienso y dejo constancia de tal.
Publicado por David Colina en 1:16:00 p. m. 0 comentarios
domingo, 14 de junio de 2009
La doctrina del shock
Cada día es más evidente la sabiduría que se desprende de este video, basado en la obra de Naomi Klein, cada cual compare lo planteado en él con los modos de proceder de su gobierno preferido o aborrecido.
La doctrina de Shock
Link: http://elfuegosordo.blogspot.com/2007/10/solo-miren-este-video.html
Publicado por David Colina en 9:18:00 a. m. 0 comentarios
sábado, 13 de junio de 2009
Observación exacta
Publicado por David Colina en 7:13:00 a. m. 0 comentarios
Etiquetas: Observación
jueves, 11 de junio de 2009
Aclaratoria
Debo decir de mí que trabajo y hago mercado, que con frecuencia miro el calendario para ver qué tal lejos está el día de pago y acto seguido, miro la nevera para comprobar la ausencias alimentarias que ella consten. Que tengo auto pero no lo manejo, que ando en transporte público e incluso a pie por la ciudad y que he sido asaltado, como todo ciudadano que se precie de tal. Que lo político me preocupa, por lo que pueda afectar a mi vida y por la parte de estupidez y simplismo que aporta a personas que no necesitaban tales auxilios, sobre todo en este país y por estas fechas.
Sin embargo, las reflexiones o los relatos, los comentarios o las citas con las que lleno el espacio de este blog, son las que se me hacen necesarias en cuanto me siento y abro www.blogger.com, qué se le va a hacer.
Así es la vida y el arte, aunque lo mío no se trate de arte y tal vez sí, en un pequeño porcentaje, de vida.
Publicado por David Colina en 5:34:00 a. m. 0 comentarios
Etiquetas: El que entienda levante la mano y se va, razón de ser
miércoles, 10 de junio de 2009
LA PUTREFACIÓN NECESARIA
Publicado por David Colina en 2:12:00 p. m. 0 comentarios
Etiquetas: El que entienda levante la mano y se va
martes, 9 de junio de 2009
El vacío
¿Por qué será que cuando escucho expresiones como:
1.- Un gran acuerdo nacional
2.- Es una novela interesante, de verdad un trabajo notable
3.- Estamos evaluando las necesidades del pueblo para reprogramar nuestras metas
4.- No eres tú, soy yo
5.- Estamos trabajando en eso
6.- Le acompaño en la pena
7.- La comunidad, por sí misma, asume las decisiones que le competan
8.- Un fantasma recorre la tierra...
se me pone la mente en blanco?
Publicado por David Colina en 6:02:00 p. m. 0 comentarios
viernes, 22 de mayo de 2009
Desierto
Buscando en internet, consigue uno buena literatura a la que no podría acceder de otro modo, acá un ejemplo: Diez cuentos hiperbreves con el desierto como fondo, del autor José Calderón González (poco o nada sé sobre él): http://www.santiagoapostol.net/revista04/cuentos.html
1
Era un hombre que venía del desierto e iba hacia el desierto. Cruzó por allí mismo lento, cansino, desbrozado, sediento, quizás, de lluvia, y vio un oasis de agua tierna y paciente. Esperaba morir de todas formas, más pronto que tarde. Pasó, pues, sin inmutarse, y no bebió.
2
Era un hombre que, oriundo del desierto reseco, hubo de permanecer muchos años y años preso de vegetación selvática, de la humedad verdecina y espumosa. Cuando por fin pudo huir del bosque escarpado, de la agobiante espesura, se adentró por entero en su madre tierra, en la solana de la aridez. Se arrodilló, levantó la cabeza, abrió los ojos, ya ciegos de sol, cayó de bruces y abrazó la arena calentona, besando lo que le daba la vida y lo que le daba la muerte.
3
Era una vez un hombre que se perdió en el desierto cuando era joven. La esperanza de salir de allí lo tenía en pie, al menos. Primero escribió, porque sabía, su nombre y su situación por donde quiera que pasaba, escarbando con sus uñas macilentas. Alguno, pensaba, podría acaso socorrerlo. Pero el viento borraba con voracidad aquellos tenues surcos. Luego probó a grabar en las rocas duras, en las hondas peñas, mensajes de auxilio, aunque también con los años los silbidos del aire cauterizaban las letras temblorosas. Más tarde construyó gigantescas ideas con pesadas rocas que traía de lejos, plantadas en el suelo del yermo. Pero los huracanes y toda clase de pesadillas arruinaban la empresa. Por último, casi desfallecido, esculpió su rescate en el pecho con sangre y voluntad. Aquello ya era por fin indeleble, indestructible, bajo el velo de la arena silenciosa.
4
Era una vez un hombre que soñó con el desierto. No lo había visto nunca, porque procedía de un país remoto de tierras húmedas y tupida selva. Sin embargo, soñó con el desierto imperioso y enigmático, y se dispuso a marchar sobre él, aunque eso le costase su familia, su patrimonio y su vida. La idea de la aspereza y la inclemencia del clima lo derrumbaba, pero a la vez lo atraía profundamente, y se afanó en el viaje. En la marcha perdió los caballos, los dineros y a sus hombres. Llegó por fin a la ola del desierto, solo, casi desnudo, pobre, sin habla y sin posibilidad de retornar a su querido país. Cuando ya no le quedaba una gota de agua, se tragó sus lágrimas con orgullo y valentía. Y de ahí en adelante le fue bien la cosa. Pudo regresar felizmente con su familia, y hasta su muerte llegó a ser un hombre respetable, cuando contaba sus historias sobre el desierto y sobre un sueño del desierto.
5
Era una vez un carcelero que andaba por el desierto errabundo y aturdido, cuando halló en la lejanía la sombra dispersa de un hombre que se tambaleaba. Corrió a su encuentro y se ayudaron mutuamente. Entonces el hombre enfermo se dio cuenta de que tenía delante de sus ojos tristes a quien fue en una ocasión su guardia despiadado. Lo amarró con descuido a una peña y le refrescó la memoria. Le sobrevino al convicto huido atroz venganza, pero se contuvo un tanto porque su furia habría de meditarla. El otro no pidió inútil compasión porque comprendió que iba a morir de la peor manera frente a la indiferencia del inmenso desierto. Después de unas horas, al que fuera prisionero, ahora ya libre, sólo le quedaron fuerzas para dejar la cabeza hundida entre los brazos y abrazarse a su carcelero, llorando.
6
Era una vez un rey que se empeñó en una guerra inútil, como todas las ideas que amputan el destino de almas ajenas. Construyó un campamento bien guarnecido en medio del desierto en alerta del enemigo indeseable. La espera se retardaba, y la impaciencia gateaba por las costillas de la tropa. Los días transcurrían lentos, como el espíritu de los que no quieren combate con semejantes. El sopor se cernía sobre ellos, la indolencia, la desidia, el tedio, la miseria, y por último el odio por haber nacido. Nadie quería estar allí. Nadie pretendía la guerra, salvo su rey, impertérrito. Pero un día mandó atacar, y ellos lo hicieron, ya maltrechos, sin ideas lúcidas, hacia donde el enemigo acechaba resguardado, sin prisas, al abrigo de la canícula que destroza.
7
Era una vez un niño que nació en un desierto insospechado. Creció entre los abrojos, las rocas empedernidas y las heladas noches, bajo la guarida pobre como única protección. Y lo prefería frente a las inclemencias de los hombres, de los que sólo había oído nombrar sus obras.
8
Era una vez un hombre orgulloso que reputó a bien atravesar el desierto fabuloso con su espléndida manada de camellos. Cuando ya llevaba recorrido bastante espacio, reconsideró la idea, y no la vio tan fácil, pero no iba a volver para que todo el mundo se riera. Y siguió adelante, más adelante que su idea. Los camellos se le morían, pero conjeturó que el final del trayecto estaría cerca. No era así. A pie continuó, sin comida ni agua, cuando ya sacrificó al único que quedaba. En un último grito de coraje alcanzó por fin una ciudad: era la suya misma por error. Vinieron a abrazarlo condescendientes, y él, llorando, se rió de todos.
9
Era una vez una ciudad otrora importante que en malos tiempos cayó en desgracia, y la peste se cebó con los más débiles. El adivino vaticinó que aquel hombre que superara la prueba de permanecer en el desierto tres días sin comida ni agua haría que la ciudad volviese a su esplendor. El elegido no tenía esperanza, pero menos aun los habitantes con él, que no lo esperaron. Las hordas enemigas acabaron con lo que quedaba de las ruinas.
10
Era una vez un joven que decidió ser sabio y despedirse de las comodidades de la vida mundana. Se marchó con sus libros al desierto a meditar la doctrina de su dios, con empeño y disciplina. La sabiduría que pretendía era de otro mundo: la humildad ante la soledad, la pobreza, los sufrimientos del cuerpo por las inclemencias del cielo. Pronto abandonó los libros. Mucho era lo que tenía que aprender en sortear los cuchillos que el desierto le urdía.
De Cien Cuentos Desiertos
Publicado por David Colina en 7:21:00 a. m. 0 comentarios