un sitio de reunión para todos aquellos que escriban o que pretendan hacerlo. sobre todo aquellos que escribimos en las sombras e, incluso, en una zona de cierta penumbra.

jueves, 1 de febrero de 2018

JACOB

En Cúcuta habría comida: eso decían en su pueblo. En dos días llegó a la frontera: había dormido en el terminal de autobuses y había luchado con un ángel toda la noche (le dolía el cuerpo). Maldiciendo  n voz baja, cruzó. En tres aventones llegó al parque Santander. Aplastó dos latas vacías, hasta darles forma vagamente esférica. Con gestos ascendentes hizo que se elevaran como haladas por hilos invisibles. En Cumarebo, frente al mar Caribe, de nuevo poblado de piratas, había dominado la telequinesis. Las latas se paseaban cansinas sobre los transeúntes extrañamente indiferentes.
-Los venezolanos que aquí cobran plata, usan la telequinesis para hacer maromas con cuatro o cinco pelotas. Todo el mundo lo sabe, está en Twitter y en Instagram. Pero si camina seis cuadras, la diócesis le dará sopa.
Miró su viejo teléfono de teclas y suspiró. Venían malos tiempos: habría preferido lentejas en vez de sopa.

Estadísticas

Powered By Blogger