Las entradas de este blog a veces son muy largas, más de lo acostumbrado. Hace algunos días recibí esa advertencia de parte de alguien que no quiso identificarse. Es cierto, mi amiga América también me lo había dicho: "nadie lee los post largos".
Todo eso es muy cierto y muy sensato. Y sin embargo, los post siguen estando allí. En primer lugar, porque no he sabido modificar la configuración de éstos, de modo que solo se extiendan unas ciento cincuenta palabras y luego aparezca la frase "continuar leyendo".
Y sin embargo, los post largos siguen estando allí. No se van, no, intento la meditación, intento ser feliz y no me sale, intento cosas que no sabía que se podían intentar. Y después de todo me digo, en una actitud medio lazorraylasuvesca: "nadie tiene derecho a limitarme".
1 comentario:
Bueno, yo no traté de limitarte. Igual, quien a bien tenga leerte, buscará tiempo para hacerlo. Dixit.
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