¿Es que hubo un tiempo para morir y no lo supe? Parece que no es demasiado
tarde, que nunca lo será. Acaso morir y luego ser santificado enmiende un poco
todo, corrija lo hecho, lo por hacer y lo nunca entrevisto.
Detrás de una existencia queda tanto sin saber, lo que se calla para que la
vida siga, lo que se ignora de los demás: acaso pequeñas tragedias, faltas de
imaginación, puerilidades de nudo en la garganta, pequeños acosos, miradas por
ventanas que cierran el paso del cuerpo y someten al alma a las limitaciones de
la miopía.
El éxito está asegurado,
pero el tiempo de la primavera no dura para siempre. Luego de una existencia se
cuentan los logros y las derrotas y se suman en la misma columna